Centro de Documentación e Investigación Judío de México

Cómo cuidar tu biblioteca en casa (parte 1)

Con motivo del Día Nacional del Bibliotecario, el encargado de nuestra biblioteca nos comparte esta guía para cuidar nuestros libros en casa.

Por José Carlos Guerrero García

Probablemente, si estás leyendo esto, seas una persona a la que le gusta adquirir libros, ya sea para leerlos o quizá por el gusto de coleccionarlos, por lo que también es probable que te guste cuidar de ellos y procurar conservarlos lo mejor posible.

Sin embargo, muchos de nosotros desconocemos cuáles son las medidas idóneas para preservar y proteger nuestras bibliotecas y colecciones particulares, lo que puede provocar el deterioro de nuestros libros. Por lo que en los próximos días te vamos a compartir una guía con algunos criterios de conservación preventiva con el fin de que puedas prolongar el tiempo en el que tus ejemplares se mantengan en buen estado.

Un buen inicio es tener claro cuáles son los distintos factores que pueden afectar el estado de nuestros libros; los cuales, podemos ubicar en cuatro tipos distintos:

  1. Factores externos o exógenos
  2. Factores internos o endógenos
  3. Factor humano
  4. Factores circunstanciales, también llamados siniestros

En esta primera entrega, te contaremos de los factores exógenos o externos que pueden afectar nuestros libros, así como algunas recomendaciones a considerar sobre estos. 

Hablando de preservación, checa ¿Cómo formar mi archivo en casa?

¿Qué son los factores exógenos?

Son aquellos que se encuentran fuera de la composición de nuestros libros y que pueden afectarlos. Estos son:

  • Humedad: Se considera que el grado de humedad que debe de tener la habitación donde tengamos nuestra biblioteca oscile entre el 40 y el 50%.
  • Temperatura: Para que se considere óptima, la temperatura de la habitación en la que se encuentren nuestros libros debe oscilar entre los 18° y los 22°. Es importante mencionar que la temperatura guarda una relación con la humedad, ya que a mayor temperatura, mayor será el vapor presente en la habitación, lo que supone un riesgo importante.
  • Biológico: Este tipo de daño se vincula con la temperatura y la humedad, ya que, si no se tienen estos factores en un estado óptimo, puede haber proliferación de bacterias y hongos con un aspecto de color verdoso que, si los aspiramos, podrían causarnos infecciones respiratorias o alergias. También se consideran en este rubro a insectos (como termitas, cucarachas o pececillos plateados) o roedores que se alimentan de papel u otros materiales de un libro.
  • Daño fotoquímico: Se trata del daño ocasionado por la iluminación directa en nuestros libros. En algunos casos es usual que se exhiban algunos ejemplares como si fuesen objetos de museo, pero también se considera como daño fotoquímico leer bajo una lámpara con la luz apuntando directamente al libro. Lo adecuado es no exponer a los libros a este tipo de exposición, ya que eso altera el tono y la calidad del papel, volviéndolo amarillento y débil al tacto.
  • Contaminación: Aunque pareciera que no, este es uno de los factores que más daño produce a nuestros libros, y etodavía más si te encuentras en una ciudad, ya que hay mayor presencia de gases y sustancias nocivas emitidas por fábricas y automóviles. El problema radica en que el papel puede absorber las esporas de polvo y suciedad en el aire.
La limpieza en seco de tus libros puedes realizarla con una brocha común.

¿Qué  medidas preventivas pueden ayudar para evitar o disminuir los factores externos de deterioro?

  • Es importante que la habitación en la que se encuentre nuestra biblioteca sea un lugar ventilado en el que haya circulación de aire natural. Lo óptimo sería que hubiera ventanas. Se recomienda abrir la puerta a diario (o ventanas si es el caso), para permitir la buena circulación del aire. Además, para poder medir el nivel de humedad podrías adquirir un higrómetro, instrumento utilizado para dicho fin.
  • Un consejo para prevenir humedad es separar los muebles, estantes o libreros de las paredes, ya que muchas veces están hechos de materiales que absorben humedad y pueden transmitirla a los libros.
  •  También es necesario limpiar nuestros libros en seco y de manera periódica. Se puede utilizar una brocha convencional para retirar el polvo de las cubiertas, las páginas y los libreros o las superficies donde están los ejemplares.
  • Asimismo, se deben hacer revisiones periódicas a los libros para detectar si alguno presenta algún tipo de daño biológico. Si se identificara alguno con hongo, por ejemplo, lo recomendable es separarlo del resto de la colección y hacer una revisión para descartar que otros ejemplares fueran contaminados. Un siguiente paso es enviar el libro con un restaurador para determinar si es posible eliminar al organismo o se debe desechar el título.
  • Para evitar la presencia de roedores o insectos, se sugiere hacer limpieza periódica de la habitación donde se encuentren los libros, así como evitar consumir cualquier alimento en esta área que pudiera atraer a los animales.

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Recuerda hacer una revisión periódica de tus libros para identificar factores externos que puedan deteriorarlos.

Con estos consejos ya puedes prevenir o mitigar los factores externos que ponen en peligro la integridad de tu biblioteca; sin embargo, no es lo único que hay que cuidar. No te pierdas mañana la segunda parte de esta guía, en la que te vamos a platicar sobre los factores endógenos o internos.

(Continuará)

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