Centro de Documentación e Investigación Judío de México

Filigrana: el secreto de los libros

con información de Perla Trejo Hernández

Parte de la razón por la que resguardamos algunos libros en la biblioteca “Abud y Mery Attie” del CDIJUM son todas esas cosas que los componen: puede ser desde su contenido, la tipografía y morfología, la historia de su escritura e impresión o incluso la de los involucrados en su creación; pero, en algunos casos, también por los secretos que guardan entre sus páginas.

A los secretos a los que nos referimos son algunas marcas hechas en los libros y pueden ser de dos tipos: aquellas que fueron realizadas por los dueños de los libros, o bien, aquellas que vienen desde su creación. Y es precisamente en las segundas en las que nos enfocaremos en esta ocasión, pues hay libros con filigranas (también llamadas marca de agua) en sus hojas.

¿Qué es una filigrana?

De acuerdo con el Diccionario de la Real Academia Española, puede referirse a dos acepciones: la primera de ellas se refiere a una “obra formada de hilos de oro y plata, unidos y soldados con mucha perfección y delicadeza; mientras que el segundo hace referencia a una “señal o marca transparente hecha en el papel al tiempo de fabricarlo”.

Pues bien la filigrana era un hilo de plata o latón con el que se elaboraba un dibujo fijo a forma de papelera. Al hacer la hoja, el papel tenía menos grosor en la parte en la que quedaba el hilo y por eso, al mirar una de estas hojas marcadas a trasluz, se ven las figuras plasmadas de los distintos elementos que marcaban las hojas como los puntizones y los coroneles, elementos que dejan líneas verticales y horizontales rectas que se cruzan por toda la hoja.

¿Cuál es la historia de la filigrana?

Una estimación sugiere que fueron implementadas por vez primera en Fabriano, Italia, en 1282, con el objetivo de identificar al fabricante del papel. En un inicio, las filigranas eran representadas por símbolos, iconos, escudos, logotipos e incluso las iniciales del responsable de su producción. Sin embargo, con el paso del tiempo su realización se complejizó a tal punto en el que se llegaron a plasmar obras pictóricas.

Gracias a estos identificadores se podía conocer, entre otras cosas, la calidad del papel, ya que durante mucho tiempo ésta dependió de la habilidad del fabricante y además de la pureza del agua con la que se alimentaba el molino en el que tenía lugar la fabricación.

Al inicio del siglo XIV se implementaron las primeras filigranas de nombres completos de los fabricantes, aunque esta práctica no duró mucho tiempo, sin embargo, el uso de otros elementos continuó e incluso ganó importancia, ya que para 1791, las ordenanzas de la Junta General de Comercio obligó a toda la industria papelera a marcar sus productos.

Para el inicio del siglo XIX, con la Revolución industrial también cambió la forma de fabricar papel, lo cual hizo que la hechura de las filigranas se detuviera como se conocía hasta entonces, debido a que las nuevas máquinas borraban las marcas con rodillos. Fue en este punto cuando se introdujo la filigrana sombreada, que era utilizada billetes de banco y títulos.

En nuestro acervo bibliográfico hay algunos de estos tesoros bibliográficos y no basta más que tomarse un rato para encontrar varias marcas de agua, lo cual nos permite conocer sobre el origen del los libros.

A continuación, te contamos sobre algunos de estos libros:

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American Adresses, de Chaim Weizmann (1923). Se trata de una recopilación de algunos discursos pronunciados por Chaim Weizmann, que en aquellos años era el presidente de la Organización Sionista Mundial.

Este libro contiene una filigrana en la que puede leerse “Warren’s Olde Style”, que corresponde a la fábrica de papel Warren Papel Mill, ubicada cerca del Río Presumpscot. Fue establecida aproximadamente en la década de 1730 y adquirida en 1854 por Samuel D. Warren. En sus mejores años, esta empresa se convirtió en una de las productoras más importantes al producir hasta 35,000 libras diarias de papel.

Pajad Yitsjak, de Isaac Lampronti (1839). Se trata de una biblia rabínica que contiene recopilaciones de literatura talmúdica. Su autor fue un rabino y médico italiano y esta obra contó con el permiso de impresión de la dirección comunal judía de Venecia. Este libro fue donado al CDIJUM por el Rabino Leib.

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En cuanto a las marcas ocultas de este ejemplar, cuenta con dos filigranas diferentes. En las primeras hojas se puede ver el anagrama GCC, lo cual puede corresponder a las iniciales del nombre del fabricante. Por otro lado, una hipótesis sugiere que las hojas que componen este libro pueden ser de dos fabricantes, pues más adelante se encuentra otra filigrana distinta de la primera.

Asimismo, en la Casa de la Memoria Judía resguardamos una edición de la Mishné Torá editada en 1846. Se piensa que esta obra de Maimónides, que es un código de leyes judías y las explicaciones de las mismas, fue compilada entre 1170 y 1180, cuando este ilustre pensador se encontraba en Egipto.

Desafortunadamente, el libro tiene un grado de deterioro considerable, por lo que la filigrana que encontramos en esta obra no se distingue lo suficiente para conocer a qué se refiere con precisión.

Por último, otro libro en el que ubicamos una filigrana es una impresión de 1932 del Talmud babilónico impreso en Viena. Este libro es una colección de ensayos sobre la Halajá (ley judía) y fueron escritos por sabios y eruditos judíos entre los siglos III y V.

En cuanto a la filigrana de este ejemplar, ésta se encuentra en la primera página del libro y es una flor de lis. Aunque algunas fuentes refieren que esta figura era usual entre distintos fabricantes, todas las representaciones de la flor de lis tenían variaciones entre sí.

Aunque el estudio de las filigranas permitiría conocer más sobre la historia de un libro, en la actualidad no existe información de muchas de las filigranas que pueden encontrarse. Sin embargo, poder conocer la estructura y los elementos que componen un libro nos permite conocer algunos de sus secretos. Seguro que la biblioteca de la Casa de la Memoria Judía resguarda muchos más ejemplares que guardan algún secreto, así que si vienes a consultar pronto algún título, te invitamos a intentar descubrir alguno.

Referencia.

Hidalgo Brinquis, M. del C. (1995). Filigranas papeleras: Primer Congreso Nacional “Historia del papel en España y sus filigranas”. revista PH, 10, 12. https://doi.org/10.33349/1995.10.177 

Romaní, M. D. F. de C. (2018). Las filigranas de los impresos guipuzcoanos. Sancho el Sabio : revista de cultura e investigación vasca, 41, 29–60. https://doi.org/10.55698/ss.v0i41.226 

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Real Academia Española, (2024), Filigrana, Recuperado el 30 de enero de 2024, de https://dle.rae.es/filigrana.

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