con información de Karla Abril Domínguez Rosas
“Porque con dulzura y amor, se enseña mejor”
La familia es un vínculo fundamental en el desarrollo del ser humano y gracias a ella el tiempo vivido se siente como un regalo: nada parece ir mal contando con el asertivo consejo de nuestros padres, el buen humor de los tíos y el amor incondicional de nuestros abuelas y abuelos, personas llenas de paciencia, generosidad y sabiduría.
Con esto en mente, la señora Flora Cohen ha vivido sus 100 años de edad, privilegiando en cada acción el amor que siente por su familia y seres queridos, a quienes ha intentado transmitirles amor de muchas formas, una de las cuales, es a través de su deliciosa comida y los interminables encuentros alrededor de una mesa.
Flora Cohen nació en la Ciudad de México, el 24 de diciembre de 1923. Es la mayor de 10 hermanos que crecieron juntos en un hogar judío ortodoxo y estudió la primera en un colegio público, la Escuela Primaria Benito Juárez.
A los 18 años se casó con el Sr. Abraham Cohen Dayán, que tenía 28 años de edad. Luego de pasar su luna de miel en Veracruz, volvieron a la ciudad, sin embargo, debido a trabajo y negocios, viajaban constantemente, recorriendo varios estados del país. Finalmente, se establecieron en Chihuahua y vivieron allí hasta la terrible inundación de Parral de 1944, que cambió la vida de los habitantes de la ciudad.
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En el caso de los Cohen, las afectaciones de este incidente repercutieron en su casa y negocio, pero además en la salud de Abraham Cohen, debido a que, tras pasar cerca de tres días en el agua, intentando recuperar la mayor parte de mercancía que pudiera e intentar así salvar algo de su patrimonio, le provocó una fiebre reumática que perjudicó, inclusive, su corazón.
Angustiados, buscaron la opinión de un cardiólogo que, con pocas esperanzas, recomendó que lo mejor era trasladarse a Cuernavaca y disfrutar el tiempo que le quedara de vida al jefe de la familia. Sin embargo, fue en este nuevo hogar donde encontraron un rayo de esperanza, ya que el cardiólogo llamó para sugerir una cirugía en Estados Unidos, de las primeras en su género, que resultó ser un éxito y permitió que la vida del jefe de la familia Cohen volviera a la normalidad, aunque con ciertas reservas.
Estas precauciones eran sobre todo en la alimentación, en especial con el uso de la sal, los aceites y las grasas, lo cual supuso un reto para la Sra. Flora pues en palabras de Moisés, su hijo, Don Abraham “siempre tuvo muy buen colmillo”. Este reto de vista, calidad, sabor y salud, orillaron a doña Flora a la búsqueda incesante de nuevas recetas y presentaciones que junto con su innata aptitud y talento culinario, encontraran otra forma de dar amor a la familia a través de la comida. De hecho una frase que repite frecuentemente es que “el ingrediente más importante en cualquier platillo es el amor”.
Colección Privada de un Gourmet
Al tiempo, Flora decidió impartir clases, con la finalidad de compartir el fruto de tanto trabajo y experimentación en la gastronomía. Esto, consciente de que las generaciones de mujeres más jóvenes estaban relegando a un segundo plano a la cocina. Por ello, comenzó apoyando a jovencitas que estuvieran por casarse, buscando que ellas reconocieran la importancia que tenía la buena comida y mesa para la familia. Queriendo llegar a más personas en su vocación de servicio, se decidió a escribir un libro de cocina, mismo que realizó con el apoyo de una de sus nietas, Linda Levy, quien vio en este proyecto, la oportunidad de pasar más tiempo con su abuelita.
Así, Flora, pasaba el tiempo necesario en los mercados seleccionando los ingredientes, haciendo uso de sus sentidos como el olfato y el tacto, para luego utilizar su cocina como laboratorio en la que iba inventando, probando, descartando y presentando distintas recetas, que luego compartía con su familia. El resultado de este trabajo fueron aquellas recetas incluidas en Colección Privada de un gourmet (1990).
El libro contiene menús completos, que fueron cuidadosamente estudiados para que además de ricos, fueran balanceados, saludables y siguieran la dieta kosher. Asimismo, en la parte final del texto, secretos para aprovechar mejor algunos ingredientes, ahorrar tiempo mientras se cocina, o bien potenciar los sabores y la presentación de los platillos.
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Estos libros fueron vendidos únicamente por recomendación de boca en boca ya que no estaba disponible en librerías. Sin embargo, la respuesta fue tan favorable que en poco tiempo, Flora Cohen realizó los tomos II y III como continuación. Sin embargo, luego de una reflexión sobre el objetivo principal de su libro, revisó nuevamente la mayoría de las recetas para mejorarles, adicionando otro tanto de estas, así como nuevos menús, terminando por editar, a sus 94 años de edad, “Lo mejor de colección privada de un gourmet”.
Desde luego, su gran corazón y gusto por compartir y ayudar a los demás, ha tenido como resultado la gratitud y el cariño de muchas personas. Una de estas muestras de afecto vino de parte de la Sra. Caroline Landau, esposa del Embajador de Estados Unidos en México entre 2019 y 2021, Christopher Landau, quien le dedicó una cena en su honor en la que se sirvieron recetas de su creación, luego de que su hijo, Moisés Cohen, le obsequiara un ejemplar del libro al Embajador.
Asimismo, la Sra. Flora conserva algunas cartas que ha recibido de personas que le agradecen enormemente por todas sus recetas y secretos para la cocina, en las que enfatizan cómo su vida en matrimonio o en familia se ha visto tan positivamente impactada a raíz de su ayuda y consejos.
Un legado que perdura
En octubre pasado, su hijo, el artista plástico Moisés Cohen Cohen, decidió traer a la Casa de la Memoria Judía, parte del acervo documental de su mamá (incluyendo los tomos I y III, así como la última entrega de Colección Privada de un Gourmet), quien hace unos días cumplió un centenario de vida, misma que sigue disfrutando con mucha vitalidad, amor y cariño de todos los que la rodean.
Desde luego, cuando Moisés Cohen Cohen habla de su madre, puede sentirse el respeto, admiración y sin duda, muchísimo amor en sus palabras. Además, reconoce la dedicación y el amor que su mamá imprimió a todo lo que hizo a lo largo de su vida, así como a todo el cariño que ha transmitido siempre, incluido cada guiso.
A partir de hoy, la historia y los documentos de la señora Flora Cohen serán resguardados en el CDIJUM, legando así, su cautivadora historia personal y familiar, sus recetas y su amor por los demás y por la vida misma.
MUY ORGULLOSA DE SER SU CUÑADA! Y AGRADEZCO EL PRIVILEGIO DE TENER A TAN BELLA PERSONA CERCA,
SENTIR SU INMENSO AMOR A LA FAMILIA Y CARIÑO A LOS BEBÉS.
LA FUERZA PARA LOGRAR DESTACAR EN TODO LO QUE SE PROPONE! SIN DUDA ES UNA GRAN MUJER Y MUY QUERIDA POR TODOS!
Muy lindo artículo sobre la Sra.Cohen. Sin conocerla, la felicito por estos increíbles 100 años de vida.
Kol Hakavod.