Por Luis Fernando Meneses
Uno de los poetas alemanes más grandes del siglo XIX sin duda alguna fue Heinrich Heine, un escritor que debido a constantes persecuciones no pudo terminar su vida en Alemania, país al que dio tanto al otorgarle elegante sencillez al idioma alemán.
Christian Johann Heinrich Heine nació el 13 de diciembre de 1797 en Düsseldorf, Alemania, y es considerado el último poeta del romanticismo, debido a que después del gran éxito que tuvo con su Libro de Canciones en 1827, se dio por finalizado este periodo para dar paso al realismo. Además de la importancia de sus obras, es recordado por elevar la calidad literaria en géneros como el artículo periodístico o el folleto, que hasta entonces eran vistos como géneros menores. Otra de sus contribuciones importantes fue haber traducido el Quijote, a partir de la traducción en francés, al alemán.
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Durante su infancia, Heinrich Heine creció bajo un continuo ejercicio de la Haskalá. Asistía a la escuela israelí Hein Hertz Rintelsohn; sin embargo, apenas un año después la ley permitió que los niños judíos pudieran asistir a las escuelas estatales, por lo que Heine fue cambiado de institución.
En 1807 ingresó en el Liceo Düsseldorf, pero no concluyó su preparación debido a que, siguiendo la tradición familiar, se dedicaría al comercio. Sin embargo, comenzó a perfilar su vida hacia la poesía gracias a que en 1815 comenzó a escribir poemas con regularidad.
Más tarde, el joven Heinrich quedó a cargo de su tío Salomon Heine, un banquero exitoso que lo sostuvo económicamente hasta su muerte en 1844.
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Gracias a su prolífico trabajo como poeta, ensayista, periodista y crítico, Heinrich Heine se hizo amar y temer. Sin embargo, debido a su condición de judío y a su postura política, fue constantemente hostigado, situación que lo obligó a exiliarse, en 1831, en París, ciudad donde vivió hasta su muerte.
Con un poco de conocimiento adquirido durante su juventud para el comercio, Heinrich recibió de su tío Salomon la empresa familiar. Sin embargo, al poco tiempo se declaró en bancarrota debido a que siempre se enfocó más en su poesía que en el negocio. Al poco tiempo, el poeta sufrió a causa de un amor no correspondido por su prima Amelie, situación que es considerada por los estudiosos de su obra como la detonante para que escribiera su Libro de canciones.
Tiempo después, y debido a que las ganancias de su libro no le permitían vivir con comodidad, comenzó a trabajar como ensayista y articulista, géneros en los que trataba la situación política de Francia y Alemania. Ya en Francia, colaboraba con revistas alemanas y escribía en francés informes sobre la situación de su nación natal, textos que más tarde fueron censurados en el territorio alemán.
Murió el 17 de febrero de 1856 debido a envenenamiento con plomo; instantes previos a su defunción, dijo que quería que sus restos fueran depositados en Düsseldorf.
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En su natalicio número 221, recordamos a uno de los poetas judíos más traducidos e importantes de Alemania. Por otro lado, en el CDIJUM tenemos una obra biográfica suya escrita en idish, misma que puedes consultar en nuestras instalaciones.
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