Por Luis Fernando Meneses
Dentro de la historia del ajedrez, muchos ajedrecistas judíos han recibido gran fama debido a la calidad de juego que poseen. Sin embargo, Savielly Tartakower resalta entre todos ellos por además haber participado en la Primera y en la Segunda Guerra Mundial.
Savielly (o Xavier) Tartakower nació el 22 de febrero de 1887 en Rusia, aunque a lo largo de su vida obtuvo también las ciudadanías francesa y polaca.
Estudió derecho en las Universidades de Ginebra y Viena; pero, a la par frecuentaba los cafés vieneses, donde conoció a ajedrecistas famosos como Carl Schlechter, Milan Vidmar o Richard Réti, siendo con éste último con quien perdió en la final del torneo de ajedrez de Viena en 1909, una de las primeras competiciones a las que asistió.
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Durante los años 30, Tartakower representó a Polonia en seis Olimpiadas de Ajedrez, en las cuales consiguió tres medallas de forma individual (una de oro y dos de bronce) y cinco más de forma colectiva (una de oro, dos de plata y dos de bronce).
En la Olimpiada de Hamburgo en 1930, el equipo de Polonia (conformado, además del propio Tartakower, por Akiba Rubinstein, Dawid Przepiórka, Kazimierz Makarczyk y Paulino Frydman como suplente), ganó el primer lugar al conseguir 48.5 puntos al final de la competición – 1.5 más que el segundo puesto, Hungría-.
Además, en ese mismo año ganó el primer premio del torneo de Lieja, superando a otros ajedrecistas consagrados como Mir Sultan Khan, Akiba Rubinstein y Frank Marshall.
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Tartakower no sólo era fanático de jugar al ajedrez: también le gustaba comentarlo; y fue un destacado cronista de torneos en periódicos y revistas. Inclusive se llegó a considerar como el mejor periodista de la disciplina durante el Siglo XX.
Participaciones en guerras
Durante la Primera Guerra Mundial, fungió como oficial del ejército austro-húngaro, y fue al finalizar dicho conflicto que obtuvo la nacionalidad polaca. Años después, al estallar la Segunda Guerra Mundial, Tartakower se encontraba en la Olimpiada de la especialidad celebrada en Argentina, donde decidió quedarse hasta 1940. Más tarde, se unió a las filas del general Charles de Gaulle bajo el apellido falso de “Cartier”.
Luego de terminada la guerra, adoptó la ciudadanía francesa e incluso representó al país en las Olimpiadas de 1950 en Dubrobik, consiguiendo un noveno lugar por equipos.
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Fue precisamente en Francia donde se quedó de forma permanente hasta el final de su vida y donde escribió algunos de sus libros. Entre sus obras se encuentran:
- El juego de ajedrez hipermoderno.
- Quinientos juegos magistrales de ajedrez.
- Bréviaire des échecs, uno de los textos más prestigiosos sobre ajedrez.
- Mis mejores partidas de ajedrez 1905-1954.
Savielly Tartakower murió el 4 de febrero de 1956 en París, a la edad de 68 años; pero sin duda dejó un gran legado en el mundo del ajedrez, en el que, además de su desempeño, sus crónicas y sus libros, aportó incontables aforismos y frases como las siguientes:
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“Un peón aislado dispersa tristeza por todo el tablero”.
“El ajedrez es una lucha contra los errores de uno mismo”.
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